HISTORIAS QUE DEJAN HUELLA

EL RESCATE DE NEGRO

El relato que a continuación se dejara impreso en esta breve misiva expresa la realidad que tristemente la mayoría de los perros deben sufrir al encontrarse expuestos de primera mano a la inconsciencia humana.

Como en cualquier país, en Colombia, se realizan construcciones que ayuden a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Una de las más venerables hacen referencia a las intervenciones en las vías nacionales y departamentales que conectan las urbes entre sí. Hacia el sector oriental del país existen obras de alto impacto que buscan disminuir el tiempo desde y hacia la Capital del país y esta región, por lo tanto se están realizando perforaciones a las montañas con el fin se pueda realizar túneles que acorten el viaje.

En una de estas obras es donde inicia la historia de Negro. Un día común en la obra, la ingeniera evaluaba técnicamente los avances en la perforación de la montaña, cuando a lo lejos diviso como un perro cimarrón caminaba de forma queda hacia un grupo de hombres que merendaban, seguramente buscando algo de comer en las sobras que se abandonaran. La forma trémula en la que avanzaba le hizo percatarse de que este animal estaba arrastrando su pata delantera. Al acercarse al animal noto que su pata derecha delantera tenía una herida abierta que estaba inflamada, con signos de putrefacción y con exposición de tejidos.

Rápidamente, Diana (La Ingeniera), tomo al perro con ayuda de otros compañeros y lo llevo donde un médico veterinario que le ofreciera un diagnóstico profesional de la gravedad de las lesiones del animal. En la veterinaria le informaron que la herida probablemente fue abierta a presión, es decir que un carro pasó por encima de su extremidad, y tenía varios días de ocurrida y por lo tanto se encontraba infectada de gravedad. Igualmente por la falta de tratamiento, la exposición de tejidos blandos y óseos llevo a la pata a que se degradará y evolucionará a una fase gangrenosa. A la par el animal se encontraba desnutrido, con parásitos y otros signos que demostraban las paupérrimas condiciones en las que ha estado viviendo.

La única forma de ayudar al animal era realizar una amputación de emergencia sobre todo el miembro afectado por la infección. En efecto la intervención veterinaria se realizó de forma exitosa. Ahora solo se necesitaba que el cimarrón se adapte a su nueva condición y respondiera correctamente a los medicamentos.

Luego de varios meses y gracias a los cuidados de nuestros voluntarios, en especial de Diana quien le rescato, Negro corre con agilidad por entre los pastizales del Hogar de nuestra fundación.

Si deseas ver como después de esta desafortunada experiencia, Negro se ha adaptado a su condición y ahora corre con libertad mientras espera ser adoptado, te esperamos en nuestra Casa de Lobos.

Deja tu huella y se parte del cambio.

Saludos,

Gogo